Los valores se interiorizan a través de la vivencia cotidiana con quienes nos rodean. Es un estilo de vida, una manera de hacer las cosas y de relacionarnos con los demás, llevando cada valor a la práctica diaria.
HUMILDAD: al ser humilde, uno no es creído ni se intenta imponer sobre los demás, porque todos somos seres humanos y ninguno sobresale sobre los otros, todos somos hijos de Dios y nadie es más importante que los demás. Humildad es aprender a reconocer nuestros errores y nuestros defectos para ser más y mejor persona. La humildad nos hace pacientes, respetuosos y empáticos con todos los demás.
SENCILLEZ: No solo es una expresión que marca tener pocas cosas, es sentirnos libres y no estar atados a las modas y a las imposiciones sociales del momento, ser sencillo es sentirse uno mismo sin querer aparentar lo que no se es.
ALEGRÍA: estar alegre produce sensaciones de esperanza, agrado y alegría; lo que más produce alegría es el amor, por ello, es importante relacionarnos de buena manera con los demás. Es tener una disposición de cuerpo y alma para hacer con gusto todo el bien posible a los demás.
FRATERNIDAD: Para Francisco, todos somos hijos e hijas de Dios, por tanto, todos somos hermanos franciscanos. Se pide una especial forma de ternura hacia los más desposeídos y necesitados tanto de lo material como de lo espiritual.
PAZ: Para Francisco, es buscar la paz del corazón, sin odios, sin rencor, sin venganza ni envidias; Francisco insistía en que la paz que se anuncia con la palabra debe estar siempre en nuestros corazones.
AMOR A LA NATURALEZA: Descubrir en toda la creación la presencia de Dios amor. Para Francisco, si Dios es creador y Padre de toda creatura de la creación, todos somos hermanos de cada ser que existe.